viernes, 17 de diciembre de 2010

No Más



Los te amo,
los te quiero,
los sin ti no puedo vivir
se esfuman como el correcaminos
al darme cuenta que tu boca es tan
ligera como un ciempiés
para llenar de falsas esperanzas
 a las féminas que en tus garras han caído
 por desgracia de la vida.

Al sentirte cerca…
nauseas me invaden al unísono
que una repugnancia avasallante
provoca que desee hacer un rotundo
fin a tu existencia.

Todo el aprecio que te tuve
sigue tan palpitante en mi,
 como cuando un árbol pierde
 sus hojas en verano hasta
quedar completamente desnudo
en primavera,
desde aquel día en que
 pronunciaste  un tómalo con calma
devorador de mi sosiego y apacibilidad.

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